Teorías biológico-sociales y neoliberalismo. Inconsistencias, aportes y alternativas basadas en Educación en Derechos Humanos

Main Author: Tapia-Pérez, Karina Paz
Format: info publication-thesis Journal
Bahasa: spa
Terbitan: , 2017
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Online Access: https://zenodo.org/record/1039652
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  • ¿Es aceptable el modelo neoliberal que gobierna actualmente? La teoría neoliberal no es solo una teoría económica, sino una concepción del conocimiento, del hombre, de su libertad, de la sociedad, la historia, el derecho y otros aspectos. Niega la inclusión, el respeto por la vida y los derechos de todos, sometiendo la vida humana a la lógica de reproducción del mercado. Tiene pretensiones de cientificidad y se autodefine como la única teoría económica científica y como filosofía de la libertad, siendo incompatible con la concepción actual de los derechos humanos. Se analiza el uso de determinadas teorías biológico-sociales para intentar justificar la implementación del capitalismo y su variante neoliberal como forma de organización social, económica, política y cultural en ciertas sociedades. Se analizan sus alcances teórico/prácticos y su inconsistencia en base a teorías biológico-sociales que apoyan la idea de sociedades colaborativas, proponiendo alternativas al orden social actual a través de la educación en derechos humanos. ¿Por qué nos comportamos como lo hacemos? La Teoría Crítica y sus aportes al pensamiento universal, tiene como punto de partida la posibilidad de transformar las opresiones sociales que existen en el mundo. La obra “El origen de las especies” de C. Darwin y su concepto de selección natural transfiere las ideas de un economista al mundo de los animales y se extrapola una realidad particular a una situación global. Muchos autores de la época estuvieron predicando prácticamente lo mismo: individualismo. Desde el siglo XIX, fueron surgiendo diferentes teorías como la sociobiología, un neodarwinismo que pretende explicar el comportamiento del “hombre” en términos de biología evolucionista: individuos con genes defectuosos, no deberían reproducirse, pues carecen de valor evolutivo. Las mujeres no fueron la excepción a la discriminación del darwinismo. Se argumentó que ellas no debían estudiar ni trabajar fuera del hogar, porque afectaría su salud físico-mental y que la actividad intelectual podía inhibir la función reproductiva. La naturaleza débil y sensible de la mujer no era capaz de resistir el contacto con el mundo social y laboral, terreno natural y exclusivo de los hombres. Ante la falsa creencia de que la naturaleza se basa en la lucha por la vida y que así es como tenemos que vivir, se opone a que muchos animales sobreviven no eliminándose unos a otros o siendo egoístas y acaparando todo para sí, sino que se basan en compartir y en cooperar entre todos. Dependemos unos de otros para la supervivencia. Somos animales grupales: altamente cooperativos, altruistas, sensibles a la injusticia, amantes de la paz, y con la capacidad de ponernos en el lugar del otro, llamada empatía. Se distingue en un argumento los elementos valorativos de los propiamente teóricos que es propio del quehacer científico en ciencias sociales. A través de revisión bibliográfica, análisis de documentos y material visual/auditivo se ubica tanto en términos teóricos como de contexto socio-histórico a las preguntas y temáticas sobre las que se quiere investigar. Una visión de la naturaleza humana como competitiva e individualista establecerá un marco de acción diferente para la sociedad que una visión empática, cooperativa y solidaria como parte de nuestra condición biológica. Involucrarse en situaciones sociales donde el otro forma parte esencial y cotidiana, hace que el ser humano sea constitutivamente social. Dependiendo de cómo crecemos en ese grupo de humanos, se adquirirá aquellas conductas que en ese grupo se manifiesten y enseñen. Toda acción que hace un bien, no hace solamente un bien a la persona a la cual se hace el bien, sino implica un bien para todos. La utilización del proceso empático puede darse a través de la educación. Los derechos se subordinan a las circunstancias políticas, económicas y culturales. La Educación en Derechos Humanos debe ser parte integral de la democratización de las sociedades, es parte de la solución a la reivindicación de los derechos y es, quizás, la más importante dentro de la intervención política y cultural, para producir esa reivindicación. Debería estar presente en todas las dimensiones de la sociedad: política, económica, social y cultural.